*en proceso de reescribir*
-Quiero a mi mamá- dijo sollozando desde la puerta de la habitación -. Papi, quiero volver con mi mamá.
Slenderman, que se encontraba sentado en la cama con las cobijas hasta la cintura, miraba a la pequeña parada en la puerta, por donde la luz del pasillo entraba. Estaba confundido.
-Sally, hija, ya es muy tarde para que estés despierta. Ve a dormir
-Quiero a mi mamá.- insistió.
-Sally- le dijo con cuidado, se levanto y fue hacía ella a cargarla -Sabes que ya no puedes volver con tu mamá... ella ya no está...
-Entonces buscaré una.- su voz era débil.
Slenderman la rodeo con sus brazos y la llevo a su habitación, la arropó en su cama acariciando su cabecita y espero a que de durmiera para irse.
Eso no iba a quedarse así... Sally encontraría una nueva mamá... y pronto.