Algunas realidades no son visibles para nosotros, tal vez son obra de algún Dios, ya sea maligno o el origen de nuestra felicidad, en caso de ser un cabrón, debemos quemar su templo, pues no hay mayor dolor que no saber el lugar del que provienen todas tus penas. Como de costumbre, no sé explicar lo que me acontece de forma normal, así que aquí estoy otra vez, compartiendo mis mierdas a las que valientemente llamo poemas para haceros entender una parte de mi realidad y quién sabe si ayudar a otra persona que se sienta identificada con alguno de los poemas. Aquí está otra vez el poema de mierda.