Genzo y Shõri se deleitan con unas vacaciones en la compañía de sus amigos más cercanos. El portero, quien siempre había rechazado la noción de la paternidad por el peso de su carrera futbolística, se ve sacudido por un giro inesperado al presenciar la interacción entre su amada y los hijos del cuarteto del Shutetsu. Un encuentro fugaz, aparentemente insignificante, despierta en él una reflexión sobre las verdaderas prioridades que gobiernan su vida.