Entre las ruinas de lo que alguna vez fue el hogar de los seres humanos, las sombras y la penumbra fueron consumiendo todo lo que se conocía como vida. Todo fue devorado por una plaga voraz y despiadada que se encargó de transformar a la humanidad llena de vida en simples sombras hambrientas. Resuenan en cada rincón de la tierra sus horribles gemidos, acompañados de gritos de desesperación y dolor de aquellos que no pudieron escapar de aquellos cuerpos desfigurados por la desesperación y la falta de razonamiento. Cuerpos que abandonaron la vida para ser abrazados por la misma muerte y, como si fueran almas en pena, buscan en todas partes comida que los sacie; comida en la que puedan escuchar su corazón palpitando de miedo. Un pequeño grupo de sobrevivientes se enfrenta a una lucha constante en estas penumbras, yendo por un camino de muerte, sangre y angustia, sin saber quién va a ser el siguiente plato de comida de esa plaga que se apodera del mundo. Siendo la representación de la fina línea que separa la humanidad de la monstruosidad, cada paso es un hermoso baile con la muerte, y con el sol el paisaje se ve marcado por el terror y el pánico. La pregunta es ¿Dónde comenzó todo?