"KANJŌ-SENTIMIENTOS"
Mateo, un niño solitario, encuentra compañía cuando su padre adopta a Noah, un misterioso niño de las montañas. Juntos, comparten la pasión por el violín y la historia. Pero la tragedia golpea: Noah muere y la madre de Mateo también fallece en busca de ayuda. Sumido en la depresión, Mateo se refugia en el bosque y descubre una dimensión secreta. Allí, conoce a los Kanjō, "los sentimientos de Noah". Ahora, Mateo debe reunir a los cuatro Kanjō y encontrar un cristal para revivir a Noah, pero encontrará decepciones unidas a nuevas aventuras.
- Cuando nuestros sentimientos desbordan y afectan a alguien más, es como si lanzáramos una piedra al agua. Las ondas se propagan y tocan a quienes nos rodean. Algunas personas pueden sentir el vacío y el dolor que nosotros experimentamos, mientras que otras pueden ignorar o minimizar esos sentimientos.
Es importante recordar que todos somos seres complejos con emociones únicas. A veces, nuestras acciones pueden herir a otros sin que lo sepamos. Sin embargo, también podemos elegir ser conscientes de cómo nuestras palabras y acciones afectan a quienes nos rodean.
La empatía es fundamental. Imagina que eres un violinista como Mateo, y tus notas musicales son tus emociones. Si tocas con delicadeza y consideración, creas una melodía hermosa. Pero si tocas con brusquedad, puedes causar discordia. Así como afinas las cuerdas de tu violín, también puedes afinar tus emociones para que resuenen con compasión y comprensión.
En última instancia, mantener nuestros sentimientos no significa reprimirlos, sino expresarlos de manera consciente y considerada. Así, podemos crear armonía en nuestras relaciones y contribuir a un mundo más compasivo.
Una extraña obsesión.
No supo cuando ni como empezó, era extraño que cada vez que lo veía sus instintos se ponía a flor de piel.
Su nombre era Daenerys Targeryen, y su vida había estado marcada por una obsesión silenciosa pero profunda: Jacaerys Velaryon.
Pero, como las olas que golpeaban la orilla, su obsesión se estrellaba contra la dura realidad de que Jacaerys parecía tan distante e inaccesible como el horizonte mismo.