14 parts Ongoing MatureSus almas se hallaron en el mismo océano de sangre, aunque en diferentes momentos del tiempo. Lo que empezó como una amenaza vacía por parte de Alexander, se volvió una promesa para su monstruito -para Leah- en el instante en que sus miradas colisionaron en una espiral de llamas.
Él es el filo. Ella, la herida que no dejará de sangrar hasta que la cabeza de su verdugo acabe lejos de su cuello... y hundida entre sus muslos.
Su aroma favorito: la sangre del otro.
Su obsesión: arrancar carne, lamer las grietas, desgarrarse hasta quedar reducidos a un puñado de huesos rotos y cenizas calientes.
El sonido que más los excita: un grito seco, un gemido entrecortado, el temblor gutural de quien no sabe si está muriendo... o rogando por más.
Pero eso no es lo peor. Lo genuinamente devastador llegará cuando se cansen de distorsionar el odio y, por fin, vuelvan a lo que realmente son:
dos monstruos condenados a saborear su propia destrucción.
Hasta entonces, su castigo será escarbar bajo la piel del otro, hundirse una vez más en ese abismo carmesí donde sus almas empezaron a clavarse dagas en el corazón y cristales en los ojos.
Y cuando todo termine, no será por el destino.
Será porque, incluso en la oscuridad, cumplieron cada promesa susurrada entre jadeos y declaraciones de odio.