El amor para los Bridgerton era percibido de manera diferente, era lo todo lo que una señorita de la alta sociedad podría envidiar, excepto por las que se casaban por amor como ellos y la señorita Isabella Wandrei, quién era la mejor amiga de Hyacinth y Gregory Bridgerton de casi toda la vida junto con Felicity Featrington, aunque esta última no era tan cercana a Gregory, pero estas se conocían desde muy pequeña porque su hermano Charles y Stephani eran amigos de Benedict y Daphne desde muy chicos.
La pequeña Isabella tenia diferentes apodos para los Bridgerton, uno muy común para ella era el Penelope, así la llamaba Colin y no porque se pareciera a su amada esposa, sino por lo cercana que era a Gregory, el hermano menor de los hermanos varones.
La señorita Wandrei estaba muy enamorada de las historias de amor de los Bridgerton y esperaba vivir algún algún día, una que fuera parecida como la de Sophie y Benedic, la esposa del segundo hermano de aquella preciosa familia, y por quien también era su favorito desde que tenía memoria. A pesar de conocer casi toda la historia, la joven creía que merecía ser amada con tanto amor como el de Benedict y Sophie, quienes llevaban años casados y parecían dos jóvenes enamorados, además de haber escuchado el amor que sentía por esta, sin mencionar lo mucho que esta pareja quería a la jovencita.
Y un día paso lo que ella tanto anhelaba, Isabella aún recordaba la primera vez que sus ojos vieron a Frederick, un joven pelirrojo quien tenía una sonrisa preciosa recordaba como su corazón había latido terriblemente y como sintió sus piernas temblar cuando la invito a bailar. Sin embargo, también recordó aquella temporada como la más confusa, recordó ver a Gregory salir lastimado muchas veces y sonreír a lado de una joven muy bonita, su estómago de revolvió y nunca dejo de estar a su lado, a pesar de todo lo que se dijo.