Podemos vernos suaves, brillantes e indefensos como una flor, pero si nacemos del mal, si le damos la mano, si comemos con él, o de él, ninguno deja de ser peor que el otro. Somos bestias de infragilidad. Estamos condenados a ser un jardín sangriento. . . . . . CHAN CHAN CHAN Un ¿poemario? Ya no sé, las penas que vivimos en la secundaria las dejamos acá. Espero que te guste. Besitos, ciao, ciao.