En ese momento los chicos dejaron de hacerme caso, y empezaron a mirar hacia la entrada. Había una chica, era hermosa, y aun no se había fijado en mi. Después de haber cogido algunas cosas se acerco a la caja. -Hola, creo que no nos conocemos. -Eso creo - me contesto un tanto fría, mis amigos no paraban de aguantar la risa. -Deja que me presénte- me miró, con unos hermosos ojos verdes que tenían una pizca de azul en ellos. - Siento destrozar tus ilusiones, pero no me interesa tu nombre, he venido aquí para estar tranquila, y por cierto, la chica esa con la que viniste ayer ; hoy la he visto salir del pueblo llorando. - me dejo helado, cogió lo que compro y se fue. Mis amigos empezaron a reírse de mi. - Quien es esa? - les pregunte. - Tu mismo lo descubrirás. - me dijo sonriendo.