En el inicio de los tiempos, cuando los dioses y Los Ángeles todavía luchaban contra los demonios por el dominio de la Tierra, los dioses generaron dos razas para habitarla, la primera especie fueron los dragones, criaturas magníficas que eran capaces de canalizar energía divina, eran considerados los seres vivos más cercanos a la divinidad, quienes habrían sido concebidos para gobernar sobre toda la vida en la tierra y protegerla de los demonios, la segunda raza fueron los elfos, esparcidos por el mundo con diferentes características para que se adaptaran a su entorno, también poseían magia, aunque no eran capaces de canalizar energía divina, sí eran capaces de utilizar la magia; se les había dado el don natural de esta en sus corazones. Conforme los dioses ganaban terreno sobre los demonios se dieron cuenta de que estas razas alfas necesitarían ayuda para dominar la Tierra, Así que los dioses crearon a los humanos pero los crearon diferentes a las otras razas ellos no tenían magia en el corazón, El ser humano nunca fue más que un sirviente tanto para los dioses como para las otras razas, Pero un día después de la guerra los dioses dejaron de caminar sobre la Tierra y el ser humano entendió que era su momento para demostrar qué es lo que vale