Julián Álvarez es un chico responsable, educado, simpático y paciente. Su profesión lo amerita, trabajar en turismo no es para antipáticos. Pero todo se le complica cuando llega el tiempo de hacer las pasantías, y el encargado del hotel es el chico más estúpido, desinteresado y arrogante que existe. Para colmo, también es el hijo de los dueños del hotel. Julián odia con todas sus fuerzas a Enzo Fernandez, y no hay forma de zafarse de él.