La vida y la muerte no son más que meros peones en una guerra de proporciones cósmicas. Aquellos que son inmortales, que trascienden las fuerzas del orden y el caos, prestan poca atención a la profundidad con la que se percibe la existencia. Un mal movimiento, un accidente fortuito y lo que conocemos dejará de existir por la ira de un dios caprichoso. Al menos, sería así si Devon no hubiese caído en la trampa que le hizo ser incapaz de morir. (Portada provisional) Si te gusta esta historia, por favor compártela, me ayudaría muchísimo :)