En una noche fría de invierno, después de una cita fallida y una ruptura de relación, Ann se encontraba sumida en la oscuridad de su apartamento. Con el peso del desamor en el pecho, se preparaba para su próximo trabajo como asesina a sueldo. Su objetivo era nada menos que el jefe de la mafia, Caesar Loftstone, un hombre de 26 años que controlaba gran parte del inframundo criminal de la ciudad.
Después de seguir a Caesar por días y de infiltrarse en sus círculos más íntimos, Ann logró descubrir sus siniestros planes para el futuro: ataques a la policía, redadas, y todo tipo de operaciones ilegales. Ann se acercó tanto al mafioso que conocía su nombre, apellido y hasta la ubicación exacta de su casa. Sin embargo, no había considerado que Caesar no era tan ingenuo como ella pensaba. Él descubrió su presencia casi de inmediato, pero en lugar de deshacerse de ella, decidió ver si este juego podía resultar tan entretenido como lo imaginaba. Después de todo, para él, todo se trataba de diversión. Era un psicópata, un maniático, un asesino, y sobre todo, el jefe de la mafia. Ese era su trabajo.
La historia se desarrolla en distintos escenarios, desde los callejones oscuros de la ciudad hasta los lujosos salones de la mansión de Caesar. Ann, con sus 20 años, muestra una personalidad seria, temeraria, dispuesta a correr cualquier riesgo, y fanática del dinero. No le tiene miedo a los hombres, y mucho menos a las armas y al asesinato. Mata por dinero, pero siempre en grandes cantidades.
Por otro lado, Caesar es un hombre divertido, psicópata, maniático, manipulador, audaz, temerario, atrevido y temerario. Juntos, representan una combinación explosiva de romance, acción, y asesinato que desafía los límites de la moral y el peligro. ¿Podrá Ann llevar a cabo su trabajo sin caer en las garras de Caesar? O ¿será él quien caiga presa de sus propios juegos mortales?