
Víctimas de la tragedia, inocentes sentenciados... Puedes llamarlos cómo quieras... Pero a mí me gusta llamarlos: Dioses heridos. Adolescentes que tratan de ignorar una mochila llena de traumas que se convierten en adultos que deben de lidiar con esta misma y los que han sumado por el camino. Ellos nunca pidieron lo que les sucedió, ellos no lo merecían, pero cómo suele decirse, así es la vida. Dos personas con experiencias diferentes respecto a la muerte tratando de vivir con lo que les ha tocado.All Rights Reserved