
En los años 70 y 80 dónde predominaba la música de Abba, Elvis Presley o Michael Jackson, en San Fransisco, California, un lugar donde se podía llamar o decir que es un lugar libre de expresión, la homofobia era muy discriminada y mal vista. Dónde sonaba Can't help falling in love en un pequeño casete de un dulce chico Coreano-Estadounidense, Park Jimin, de 16 años que su cabello era naturalmente rubia, que amaba esa música pero no tenía dónde reproducir la música, Jeon Jungkook de 17 que tenía un Walkman color blanco com piedras doradas y brillantes que con gusto se lo presentaría a el pequeño rubio. El día del baile escolar empezará una historia de amor lleno de dificultades y baches que con la dulce melodía de la música se puede solucionar.All Rights Reserved