Tom -Recuerdo la primera vez que la ví, tan irreal tan perfecta, con un vestido rojo pegado al cuerpo, pero sin dejar de lado la elegancia y sensualidad, tan firme y segura de si misma, con unos ojos café oscuro que al mirarte con su penetrante mirada, estoy seguro que puede ver mi alma. Quién diría que tan hermoso angel, fuera capaz de disparar un arma como si de un juguete se tratara manchado sus manos y sin mostrar remordimiento alguno. La manera en la que abla, cada palabra totalmente calculada, la forma tan fría en la que pude llegar a pensar, su forma de manipular, puede llegar a mentir al punto de que asta ella misma se lo cree lo que dice, con un humor tan roto, Quién diría que aquella mujer que llegó con el propósito de ser una putA más de negocio, pude llegar a ser la nueva mano derecha de Tom Kaulitz.
Esta historia es completamente mía, así que no acepto copias ni adaptaciones sin mi permiso.