Tres meses, doce viernes y un bar.

Betty y Armando hablan en privado al día siguiente de que él se le apareciera en el Almirante Padilla, para que se quede a su lado y desista de la idea de irse a trabajar con Michael a Cartagena. A pesar de que Marcela nunca le cuenta a Betty que Armando sí se enamoró de ella, ambos logran un pacto, una tregua para continuar trabajando juntos y que ninguno de los dos deba retirarse de Ecomoda, la cual está pronta a culminar con el embargo.
La historia comienza cuando un viernes por la noche, Betty llega a tomar algo a un bar y sola, buscando refugiarse de tanto caos. Luego de unos minutos, ve ingresar a Armando en el mismo sitio. A partir de allí, ella lo observará desde su mesa, en silencio, por tres meses, doce viernes y en mismo bar, al que llegan casualmente cada semana. ¿Se animará ella a hablarle? Lo descubriremos en estas líneas.