Harry comienza cada mañana de su monótona y aburrida vida de la misma forma. Se siente atrapado en una rutina sin sentido, y envuelto por una soledad abrumadora. Cada día igual al anterior, completamente vacío e insípido, sin ninguna novedad, sin ninguna sonrisa.
Solo esa sofocante opresión en su pecho, que a veces se acrecienta a tal punto de dejarlo sin aire y hacerlo temblar, le hace recordar que aún está vivo. Ese extraño e inexplicable sentimiento de nostalgia que lo invade y le hace añorar a un ser sin rostro. Una voz tan lejana y susurrante que aparece sin aviso, y que lo hace sentir perdido y dentro de un sueño.
Esa sensación sin nombre, que le hace sentir que ha perdido algo demasiado importante, algo que aunque se esfuerce, no puede recordar.
Louis, en cambio sabe bien lo que ha perdido.
Todo.