Él apareció en la puerta, su silueta grande y fornida, sus ojos negros profundos con un reflejo de tristeza y melancolía; la miró y supo que nada volvería a ser igual. - ¿Me prometes que regresaré?- -No... pero si lo haces... no serás la misma- . . . . . . . - Eres débil... jamás serás una de nosotros- -Seguiré hasta el final- . . . . . Una historia mágica, de un reino perdido y desolado, que se vio perecedero ante el fuego de la gran bestia y la codicia que crecía en el corazón del hombre. Cada reino del mundo codiciaba el gran tesoro que yacía dentro de los grandes salones del castillo, pero ninguno con el valor de reclamarlo. El último del linaje Jeon, destinado a gobernar bajo la gran montaña. Cuenta la leyenda que cuando las aves ancestrales regresen a la montaña el reinado de la bestia acabara. Estén cerca de piedra gris cuando llame el zorzal y el sol poniente con la última luz de otoño del sol de fuego brillará sobre el cerrojo y solo el primogénito de sangre Jeon tomará el trono y gobernará bajo la montaña.