En un mundo distópico, la prisión de máxima seguridad conocida como "Laberinto" había ganado notoriedad por su enfoque único en el castigo de los criminales. En lugar de las celdas tradicionales, los reclusos eran arrojados a un laberinto mortal. Si lograban encontrar la salida, se les concedería la libertad, pero si fallaban, enfrentarían la muerte segura.