Kassandra Carter, estudiante de psicología, amante de siempre tener la razón y de la música, es presentada a Christian Cooper, un amigo de su amigo, este chico misterioso e intrigante, conocido por ser el mejor jugador de fútbol americano del equipo de la universidad y también increíblemente famoso con las chicas, se gana la ignorancia y hasta cierto punto desprecio y repudio de Kass por su fama de ser un mujeriego sin remedio, aunque tiene que reconocer que la voz de Chris se le quedó grabada como canción de moda y le había resultado totalmente hipnotizante, una cosa no quitaba la otra; ella a la vez se gana el suyo, al representar todo lo que para este chico resultaba intimidante.
Aunque el destino tiene otros planes muy diferentes preparados para ellos y una conexión inesperada nace a través de la melodía de un piano, perteneciente a su vecino desconocido, todo se vuelve patas arriba cuando Kass descubre la identidad del creador de semejantes melodías encantadoras, al escucharlo cantar por primera vez en dos años de vivir a su lado.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...