"Y es que la obsesión era peligrosa. Pero más peligroso era la persona que ocupaba la mente de esa joven día y noche; Sergei Markov. El nuevo socio de su hermano y de su organización. Lo veía al menos una vez a la semana desde que había llegado a Las Vegas, y con suerte llegaba a cruzarlo dos en tan solo siete días. Pero en ninguno de esos días él notaba de su existencia, o simplemente no le resultaba interesante voltear a mirarla."