- ¿Lo sientes? - Dijo mientras acercaba su mano a la de él, podía ver sus nudillos tatuados, llenos de anillos. Su respiración se volvía acelerada, quería tocarlo. Quería sentir el calor de su mano. Seguía observando, con el corazón en la boca, con sus sentimientos desbordándose. - ¿Sientes lo que yo siento ahora? - El corazón le latía más rápido; en sus pensamientos sólo estaba él: Stefan. Él sólo le contemplaba, estaba confundido. ¿Por qué había cambiado tanto? ¿A caso no era suficiente con que le habían hecho daño? Esa persona maldita que le destruyó el corazón; la que lo volvió frío y esquivo. Pero volvió a sentir, volvió a vivir. Algo en esa chica le hizo cambiar, algo en ella le hizo volver a amar. - Sí, lo siento. Siento lo que nunca antes sentí con alguien, Neb. Siento que sin ti muero. - Y finalmente Stefan le tomó la mano, y ella sintió un millón de emociones en ese instante. Ese millón de emociones que se esfuman en un segundo. Soplando hacia un vacío. El humo de la última opción que nos queda; un cigarro. ¿Morir? ¿O amar a muerte? Elige...