- ¡NO SE LA LLEVEN ELLA ES INOCENTE! ¡DEJENLA! - Becky gritaba con desesperación. Como es posible que se lleven a su amada, una mujer que no le ha hecho daño a nadie. Todos sus vecinos gritaban a los policías que estaban cometiendo un error, que no era ella. Mientras tanto Irin no hacía nada para poder librarse, estaba en shock, ¿cómo era posible? ¿qué sucedió realmente? ¿realmente la mato?, esa y mil preguntas rondaban por su cabeza. Mientras tanto, una mujer vestida de negro veía todo de lejos con una sonrisa macabra, con esos ojos fríos, sin expresión, como todo su plan funciono. Ella fue la ganadora y como siempre el número uno, ella y su reina.