Todos tenemos secretos. Y no todos son precisamente malos. Nuestro mayor secreto podría ser aquello que más nos avergüenza. Podría ser lo que más nos asusta. Lo que más nos da esperanza. O podría ser aquello que siempre quisimos decir pero nunca pudimos. Aunque fueran pensamientos que luego se convertirían en cargas. Aunque fueran sentimientos que rogaban por ser expresados. Palabras que querían ser pronunciadas. Filosofías esperando ser compartidas. O amores tan grandes como el universo. ¿Qué es lo que siempre quisiste decir?