¿Sabes qué? Quererte dolía. Creer en nosotros dolía.
Saber que todo se trataba de una mentira, saber que iba a durar muy poco.
Quererte era como caminar hacia un precipicio en el que siempre supe que iba a caer, pero seguí avanzando.
Me hiciste pedazos, me diste felicidad y luego me la sacaste de las manos tan fácilmente.
Me hiciste sentir especial, para después hacerme entender que nada iba a durar para siempre.
Lo nuestro fue un cuento de hadas sin hadas, lleno de enormes monstruos disfrazados de príncipes.
Me hiciste pedazos, y aún así te quise con cada uno de ellos.
Te llevaste mis mejores sonrisas para luego dejar tristezas y llantos.
Fuiste y viniste una y otra vez, sabiendo que yo siempre iba a estar ahí como una boluda.
Te quise y te odie mil veces.
Te olvidé y volviste otras mil, para no sé, hacerme confundir.
Fui tuya, y vos nunca fuiste mio.
Sólo sabes querer a medias, sin entregarlo todo, sin resignarte a nada.
Y a pesar de todo, te quiero.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...