-Quiero irme a mi casa, y tu no me detendrás, solo eres un niño malcriado- le dije. -Este niño malcriado esta a punto de clavarte su puñal en el corazón- contestó el chico de ojos verdes burlesco. -Esperó que madures pronto- dije intentado parecer dura. -En el País de Nunca Jamás nunca se madura, ¿y sabes que más? No puedes salir de aquí sin mi permiso- me dijo, mientras sus ojos se teñían de negro. -Así que, estas aquí atrapada... Para siempre- su susurró hizo que mil escalofríos me recorrieran la espalda al mismo tiempo. El simplemente soltó una carcajada. Era el niño más malvado que había conocido.