Su único objetivo era "Jansen", acercarse a ella y ganarse su confianza para descubrir dónde escondía el botín del robo... o al menos eso creía; hasta que su corazón comenzó a dispararse cada vez que Sarocha le hablaba, o hacía uno de sus comentarios cargados de doble sentido, logrando ponerla nerviosa. Entre sus planes no estaba enamorarse de su ángel guardián en aquel infierno, pero cuando apagaban las luces... adoraba que la envolviera entre sus alas. Ella llevaba ocho años de prisión por un crimen que no cometió y la cárcel la llenó de rabia. Era fría y amaba el silencio, hasta que descubrió que adoraba sentir su calor estando en sus brazos y escucharla decir incoherencias en tropel cuando estaba nerviosa. Rebecca se convirtió en su protagonista en las historias de amor de cada libro que leía, y con ella supo que para que una novela rosa tuviera final feliz; no necesitaba un príncipe azul... bastaba una princesa con el azul en el cabello. Adaptación