El amor es algo inesperado, no es capaz de controlarse ni capaz de evitarse, cuando llega es para quedarse.
Es obvio que no es posible elegir, el destino elige para cada persona la manera para hacerle feliz, aunque esto a veces es eficiente ya que también es una forma de hacer doler, doler y no volver a sanar o sanar y no volver a doler.
Me presento, yo soy Helen Brown, que después de una traición, se abrió la herida del amor en mi corazón, idealizar personas siempre ha sido mi mayor problema, pero todo eso cambió cuando encontré a Cisca, mi vecina.
Y a su aclamado hijo, un piloto de Fórmula uno.
Lando Norris, piloto en McLaren, el soltero de oro en la Fórmula uno, pero él solo la quería a ella.
A Lando siempre le han gustado los retos y más los que parecen imposibles, por eso ella le encantaba, porque para él, ella era la cima del monte Everest, era conseguir un campeonato de pilotos con un Haas o un Williams.
Suelen decir que en el estómago se crean los capullos de esas mariposas cuando conoces a una persona especial, con el paso del tiempo esas mariposas se forman y se tornan del color verde más brillante, significando el amor tan puro como la naturaleza y tan grande como la tierra.
Lando y Helen, Helen y Lando, ¿Podrían ellos quererse? ¿Dejarse ganar por las mariposas?
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