Sophie llega al Claro a través de un ascensor sin memoria ni recuerdos. Solo un resquicio de si antigua vida hace que pueda aferrarse a algo del pasado: Su nombre. El Claro, un lugar rodeado por muros tan altos hasta donde alcanza la vista y con solo cuatro agujeros en las paredes que lo rodean, por los cuales no puede pasar. Su única salvación son los amigos que haga por el camino. Descubrirá secretos de los cuales no está preparada para desvelar, situaciones que afrontar y relaciones con las que lidiar de una forma u otra.