Se encontraba cansado, sin ganas de nada. Pero cuando no hacía nada se ponía a pensar, y era inevitable. Que horrible que es quedarte solo con tu mente, te obliga a aceptar esos hechos, y sus argumentos son irrefutables...
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Un perro perdido es la gota que colma el vaso. Una serie de hechos anteriores atormentaban su mente, pero todavía estaba bien, según él. Ahora, todo colapsó, y lo que sucede a continuación no ayudará. ¿Saldrá de ese pozo que parece no tener fondo?
Todo parece estar en orden. Mi vida, mi entorno, mis rutinas. Pero por dentro... algo se rompió.
No hay lágrimas dramáticas ni escenas tristes. Solo un silencio que pesa, una tristeza que no se nota.
Es como vivir con el alma apagada.
Y lo peor de todo... es que me estoy acostumbrando.