La Niña de las Escaleras

Esta historia se origina en el peculiar pueblo de Becal, en el que se desembocan un sin fin de mitos narrados no sólo por parte de los habitantes, sino también de las personas que deciden alojarse en el lugar.

"No es necesario ver para creer. Si decides quedarte, no hay marcha atrás."

Siendo esta la frase que comúnmente es dirigida hacia los visitantes, consiguiendo sólo alardeos y bufidos como respuesta.

Un día como cualquier otro, dio la llegada a una inesperada familia al pueblo. Eduardo, quien tenía parentesco con los nuevos llegados, decidió darles comodidad en su cabaña.

Cuando se dio cuenta de la curiosidad de sus sobrinos ante los comportamientos inusuales que sucedían en Becal, les narró la aparición de una niña. La muerte de dicha persona era totalmente un misterio, pues la historia no iba más allá de unas escaleras.

Esto elevó aún más la curiosidad de los pequeños, pues su tío no sabía que había cometido el error de su vida.