Después de cometer un pecado que nadie está dispuesto a perdonar y que ella no recuerda, Remi Walker es transferida a el instituto católico Reverie, lugar de figuras de culto no precisamente divinas. A pesar de que al comienzo todo va mejor de lo que esperaba, su perspectiva cambia al ver a la única persona que se le acercaba ser brutalmente asesinada ante sus ojos. Perturbada decide descubrir que sucede en aquel lugar mientras es acechada por Darek, un chico que a pesar de tener una apariencia puramente angelical, es más perverso de lo que desearía.