Cuando te das cuenta de que jamás podrás escapar de una realidad, simplemente te reduces a aceptarla sin importar un sentido de moral. ¿Quién soy? Podría ser la pregunta diaria en mi cabeza. Pero sé quién soy, y trato de huir con todas mis fuerzas. Sin embargo, todos saben que nunca puedes seguir usando tus piernas para correr porqué el destino es franco y no sufre por alcanzarte. Aunque yo no soy humano, soy un mounstro. La verdad siempre termina chocando contra nosotros dejándonos ver quiénes somos en la oscura profundidad. La bondad ha sido ocultada por pensamientos sucios e inaceptables por la sociedad, pero a veces necesitas un respiro sin la necesidad de ponerte a pensar en lo que es socialmente perdonado. Voy huyendo, cansado, tachado de una gran oscuridad que abarca mi cabeza algunos días durante la noche. Aquellos traumas de la infancia me obligan a cometer sucesos que no quisiera recordar. Por eso, siempre existe alguien ajeno compartiendo el mismo espacio de tu cuerpo, aquella parte de ti que siempre está allí para recordar que existe la maldad susurrándote en el oído. Eso me hace poco culpable, ¿verdad? Quiero convencer a mi poca humanidad que seremos perdonados en el juicio final. Después de todo, cuando el mal frente a ti es mayor y lo desapareces; te conviertes en un héroe. Tal vez si logro conseguir aquella cosa llamada "paz" otorgando un poco de mi falsa bondad, sea capaz de olvidar toda la espesa oscuridad y mantenerme flotando entre la estupidez humana. Ellos deberían ofrecer un perdón, y me aseguraré de que lo hagan mientras veo suplicar a sus almas que ya no serán socorridas.All Rights Reserved