En un mundo cada vez más consciente de la crisis ambiental, los bioplásticos están emergiendo como una solución sostenible y prometedora. A diferencia de los plásticos tradicionales, que están hechos de petróleo y tardan siglos en descomponerse, los bioplásticos se producen a partir de fuentes renovables como el maíz, la caña de azúcar y la yuca. Esta característica no solo reduce la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también disminuye significativamente la huella de carbono.