En su penúltimo año escolar, Naruto, Sasuke y Sakura viven cada uno una realidad distinta:
Naruto, se ve obligado a irse a la capital a vivir con su abuelo luego de que sus padres fallecieron.
Sasuke, sobrevive al violento ambiente de su casa, donde complacer a su padre es la única opción para no pagar las consecuencias y conservar la esperanza de estudiar para sacar a su madre adelante, eso lo obliga a abandonar su único sueño, que es bailar folklore a nivel profesional.
Sakura, solo tiene a su padre, que se esfuerza para darle una vida digna y ahorrar para que asista a la universidad. En consecuencia ella ha generado una obsesión por la perfección académica a la espera de que sus calificaciones le ayuden a obtener una beca y así su padre pueda invertir en su propia salud.
Entonces, entre tanto caos, llega Septiembre, una fecha de baile música y comida, actividades que significan más que una calificación.
Los aplausos se acompasarán con sus latidos, mientras ellos las llevan a dar un suave paseo de conquista, las seguirán cuando den vueltas y bordeen la media luna, y con el ímpetu de sus sentimientos, estremecerán el suelo al zapatear haciendo tintinear las espuelas mientras los pañuelos secan sus lágrimas y los sombreros esconden el beso al final de la última vuelta.
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Esta historia es 100% mía. Solo tomé prestados los personajes del tío Kishimoto, porque los amo y creo que tengo una obsesión con ellos.
Se desarrolla en Chile, con contexto de la celebración del 18 de Septiembre. Los lugares de los que hablaré son reales y la música mencionada está disponible en internet para que la busquen si gustan.
La portada y todas las ilustraciones en la historia son hechas por mi.
Si bien, está historia creo que será apta para todo público sugiero prestar atención si en algún capítulo pongo alguna advertencia, les recuerdo, no pago terapias, no me alcanza ni para la mía.