Mi cuerpo fue mi salvación y mi condena, la humillación fue mi construcción a una posible felicidad; y aquellas aguas cristalinas fueron la llave de mis cadenas. >> -¡Corre! Y sin perder tiempo corrí, no miré atrás, solo era consiente de los gritos desgarradores a mi espalda... Primero hay que sanar, buscar nuestro objetivo en esta vida, sacrificar y lograrlo...la felicidad y libertad son la recompensa. No sé si el futuro nos permita volver a vernos pero espero poder agradecerte por darme la oportunidad de volver a vivir aun estando rota.