Ambos crecidos en un orfanato, abandonados por sus padres a una corta edad, las desolaciones, la soledad de cualquier orfanato... todos pensarían que en sus almas vivía nada más que dolor y pena... pero eso no era así, ya que cuando crecían juntos se tenían el uno para el otro en todo momento, el compartir una infancia juntos los hizo unidos, la niñez es la infancia donde todo niño debe desarrollarse y convivir con sus padres y familia, aunque en su vida siempre falto eso, por otra parte en su mundo ellos lo tenían todo ,eran más felices que cualquier niño con padres y cariño paternal, desde visitas y recorridos por todo la colina... desde juegos al aire libre, ellos eran inseparables, toda una infancia juntos, hasta que un día el destino decidió separar sus caminos, ella tenía solo nueve años mientras que el solo diez, pronto llegó ese día cuando una familia adinerada dueña de territorios y grandes empresas, buscaban una niña con exigentes cualidades, pronto ella cayó en su mirada y así, decidieron adoptarla, darle una familia, la familia que nunca tuvo, una familia ideal, aunque ella sabía bien que su destino solo le depararía cosas materialistas.
Por otro lado él se quedó solo, la soledad cada día era infinita, lo consumía, no tenía con quien compartir aquella música que tanto le fascinaba, esa música que cientos de veces compartieron hasta tardes horas de la noche, era una lástima que ahora esos recuerdos quedaran en un simple recuerdo, las horas comenzaron a ser largas para él, los días eran eternos, cada semana que recurría era como un mes, mientras que un año eran como cien años, nada parecía tener ya sentido para él, todas esas ilusiones ahora habían yacido en una simple alusión, no podía más, tenía que terminar y salir de ese callejón sin salida, aquella luz ya se había desvanecido....
El destino siempre está lleno de sorpresas pero en esta ocasión el destino podría llegar a lograr la reunión de unos viej
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.