La miré nuevamente a los ojos y supe que esa mirada y lo que había en ella, era para y solo para mi. Las arrugas en las esquinas de sus ojos, su mirada sincera, la comisura de sus labios levemente curvadas, sus mejillas sonrojadas, me hicieron darme cuenta de lo afortunado que era al haberla conocido, y la magnitud de lo que me estaba pasando. Estaba jodido, dulcemente jodido.
Y es que era inminente que pasara, que sintiera por ella lo que siento ahora. y lo siento hasta los huesos.
Nadie sabe lo que hay en sus ojos.
Yo lo sé.
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.