¿Quién lo diría no?, ahora era yo quien espiaba a alguien en las aguas termales, estoy segura que me sonrojé de la pena y culpa, aunque eso no evito que siguiera mirando, ¡pero es que simplemente no podía evitarlo!, ninguna mujer que estuviera en mi lugar podría reclamarme. Me puse a examinarlo como si de una maravilla se tratase, eso era justamente lo que era, una maravilla.All Rights Reserved