𝐀𝐥𝐦𝐚𝐬 𝐏𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐚𝐬

Rosalie Ashford era una de las brujas más talentosas de Hogwarts, sobresaliendo en pociones y en las artes oscuras. Esta destreza la acercó al enigmático profesor Severus Snape, quien, para sorpresa de todos, no la despreciaba como a muchos de sus compañeros. Snape veía en Rosalie un potencial que otros no lograban reconocer.

La vida de Rosalie dio un giro desgarrador cuando presenció a su mentor matar a Albus Dumbledore. La revelación de que Snape era un seguidor de Voldemort le rompió el corazón, pero aún así decidió unirse a Harry, Ron y Hermione en la peligrosa búsqueda de los Horrocruxes. La misión estuvo llena de conflictos y tensiones que casi destruyeron su amistad.

La batalla final en Hogwarts fue devastadora para Rosalie. Perdió a Fred Weasley, uno de sus mejores amigos, a Remus Lupin, quien era como un padre para ella, y a su mejor amiga, Nymphadora Tonks. También vio morir a su mentor, Severus Snape, a manos de Nagini. Gracias a Harry, Rosalie descubrió la verdad sobre Snape: todo lo que hizo, incluido el asesinato de Dumbledore, fue bajo sus órdenes como espía leal.

Con la derrota de Voldemort, el dolor de tantas pérdidas pesaba enormemente. La tragedia alcanzó su punto culminante cuando, en un momento de distracción y dolor, Rosalie cometió un error fatal. Un mortífago vengativo lanzó una maldición imperdonable que acabó con la vida de Harry, la persona que era como su hermano.

El último recuerdo de Rosalie antes de desmayarse fue la imagen de Harry sonriéndole y agradeciéndole por todo lo que había hecho. A pesar de la victoria sobre las fuerzas oscuras, la guerra dejó cicatrices profundas y dolorosas, marcando para siempre la vida de Rosalie.