Cuando fue transportada a un mundo donde era exaltada como una de los cinco héroes existentes, Tsumugi se vio en la necesidad de ganarse el respeto de sus pares, ya que era la única mujer entre ese selecto grupo de figuras heroicas. Consciente de las posibles barreras y prejuicios que podría enfrentar, Tsumugi se preparó para asumir un rol de liderazgo y respeto dentro de ese mundo fantástico, donde su condición de mujer entre los héroes le confería una posición singular y, a la vez, exigente.