Al término de Esmeralda, Gideon y Gwendolyn por fin pueden vivir de una manera más o menos tranquila; pero el destino de la logia de los Vigilantes está en juego al descubrirse el verdadero propósito de su fundador. Si bien ni Gideon ni Gwendolyn corren ningún peligro, ahora son sus familias los que deben pagar la furia del conde de Saint Germain, que va en busca del segundo cronógrafo escondido en la casa de Gwen. Ahora juntos deben evitar el ascenso del águila, la caída de los Vigilantes y deben proteger a sus seres queridos, bueno, si de verdad aprecian su vida y la de los demás.