Siempre me caractericé por ser una persona a la que nada le salía bien, que no podía ser feliz porque sabía que después de algo bueno venía una tragedia y cada vez que intentaba algo las cosas no resultaban.
Nunca entendí qué era lo malo en mí, siempre intentaba hacer las cosas bien, no dañar a las demás personas, pero cada día de mi vida sentía que mi destino no era la felicidad.
El único momento en el que era realmente feliz era cuando dormía, cuando mis sueños me transportaban a la realidad que tanto quería vivir, cuando por fin las cosas salían como yo quería, pero lamentablemente sólo duraba un momento.
Finalmente, cuando ya había perdido la fé, pude entender porqué había tenido que pasar por todo eso y la verdad siento que valió completamente la pena.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...