« Espero y no me olvides,por que yo no lo haré » El castaño solo se acurrucada más en el mientras este jugaba con su hebras lacias.
Ese recuerdo se desmoronó al verlo ahí, rodeado de cuerpos y una lanza en su cuello, manchado de sangre que seguramente no quería derramar. Sus labios estaban agrietados y su vestimenta manchada de más sangre y barro, no quiso mirar más, pero aún así, más lágrimas salieron de sus ojos, traicionando su amor fallido.
Sin duda el deber mato su amor.