Prólogo
En un mundo donde la luz y la sombra conviven en un delicado equilibrio, existen lugares sagrados y profanos, donde el alma humana encuentra su mayor consuelo y su más profundo tormento. Las estructuras de fe se erigen no solo en templos de piedra, sino en los corazones de aquellos que buscan redención y comprensión en un universo indiferente.
La voz de un hombre resuena como un lamento ancestral, un canto que desafía las normas impuestas y las cadenas invisibles que atan al espíritu. "Take me to church," clama, no a una iglesia de ladrillos y mortero, sino a un santuario donde el amor es el único sacramento verdadero, y el pecado no es más que una construcción de mentes temerosas.
En este espacio, los pecados confesados no son más que reflejos de deseos humanos naturales, y el juicio no proviene de un poder divino, sino de la propia sociedad que se ha erigido como juez y jurado. Aquí, el amor se enfrenta a la condena, la pasión a la represión, y la verdad a las mentiras bien establecidas.
Nuestro protagonista, con su espíritu rebelde y su corazón indomable, se encuentra en una encrucijada. Luchando contra las fuerzas que buscan silenciar su voz y moldear su identidad, se adentra en un viaje de autodescubrimiento y liberación. En este peregrinaje, descubrirá que la verdadera iglesia está en el abrazo de un amante, en el susurro de una verdad inconfesable, y en la aceptación de uno mismo en su forma más pura.
Así comienza una historia de lucha y redención, donde el amor se convierte en el único dogma, y la libertad, el mayor milagro, dónde un chico arriesga su vida por el que para el sería el amor de su vida.