He aprendido a amar mi trabajo, un amor que floreció con el tiempo, como una planta que, aunque marchita, encuentra la luz.
Con un simple movimiento de mi cuerpo, seduzco al aire y los billetes parecen danzar hacia mí, como si fueran mariposas atraídas por la luz.
Mi cuerpo es un lienzo de deseo, admirado por mujeres y hombres por igual, un objeto de anhelos que nunca pedí.
Son tan ciegos a mi indiferencia; sus propuestas son ecos vacíos en mi mente, pues el tiempo no es un lujo que puedo permitirme.
Me deslizo hacia el siguiente trabajo, como un autómata, mientras el peso de cada día se acumula, un lastre invisible que amenaza con hundirme.
¿Existirá alguien que rompa esta soledad que me envuelve, o estoy destinado a desvanecerme en la oscuridad del olvido?
Freen era una omega bastante rara para la personas aquellas decían que era un poco más alta para ser una omega otros que podría dar miedo si te miraba y algunas personas solo quedaban enamorada de verla aunque para Freen todo era normal pues siempre era amable y nunca se enojaba atenta con sus seres queridos era la chica perfecta como sus padres solían decir.
Becky una pequeña omega tan hermosa como la primera nevada era una chica responsable y cuidadosa con todo lo que hacía vive esperando a que aquella omega aparezca una vez más a su vida pues recuerda que alguien la salvó cuando era pequeña más no recuerda su rostro así que vive con la ilusión de que algún día aparecerá.
Pero ¿Qué pasaría si la persona que espera aparece en último año de universidad? ¿La reconocerá?