Aegon Targaryen, El Conquistador, primero de su nombre, rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros hombres, Señor de los siete reinos y Protector de la tierra. El hombre que lo cambió todo ¿Cuándo los grandes reyes de Westeros iban a pensar que aquellos lejanos Valyrios serían los que cambiaran por completo su mundo?
De otro lado del mundo conocido, Valyria, La antigua Valyria. Una ciudad enorme con colinas y montañas, edificaciónes tan altas qué se perdían en las nubes y creaturas mágicas y majestuosas qué nunca se podrían comparar con algún otro ser viviente, se reducido a nada más que cenizas y ruinas. Los Valyrios se abrazaron los unos con los otros y le dieron la espalda a su final, las colinas se partieron en dos, las nubes caían y las llamas fueton tan altas y tan hirvientes qué hasta los dragones ardíeron. Una ciudad de miles de años y todo lo que el hombre alguna vez aprendió, la perdición lo consumió todo por igual y ninguno de ellos volteo. No sería lo último que sus ojos vieran.
Es lógico creer que aquellos que doblaron la rodilla ante el Conquistador, vieron en él el reflejo majestuoso y exuberante de la antigua Valyria, de seguro creyeron qué Aegon traería la egemonia y las riquezas de los Valyrios a las tierras de Westeros.
Aegon Targaryen era un soñador, el veía la salvación para el y para su familia. Una segunda oportunidad. La recompensa por sobrevivir a la perdición estaba allí, el solo tenía que tomarla. Trajo unidad a los reinos de Westeros, majestuosidad y deslumbramientos en los ojos de las personas ¿Pero cuanto hasta que también llegara la perdición?