La Alfa Ailshe y la beta Calmil son lobas idénticas, maldecidas antes de nacer, como lo era la tercera loba que nació en esa camada, la Alfa Brenda. Antes que ellas tres nacieran, su padre, el Alfa de River Lake, fue maldecido por la bruja cuyo aquelarre, la manada ejecutó. La maldición decía que uno de los hijos que naciera en el futuro, acabaría con la familia Watson, y con toda su manada.
La luna y el Alfa ya tenían un hijo, Brandon, un bebe de dos meses, así que decidieron no tener más hijos para evitar la maldición, pero un error de cálculo, lamentablemente nacieron tres lobas idénticas. El Alfa ordenó a su Luna que sólo eligiera a una ellas, y entregara a las otras a una familia, ellas no debían saber que eran las hijas del alfa, ni que tenía una trilliza. Fue Brenda la elegida por ser la más débil de las tres al nacer. Pero la maldición se cumplió con Brenda, y pronto, cuando cumplió la mayoría de edad, las desgracias cayeron sobre la familia del alfa y la manada.
Ailshe y Calmil, conocieron todo su pasado, porque la desgracia también las golpeó, y decidieron vengarse del único miembro de su familia que les quedaba, y había provocado todo, la Alfa de River Lake, Brenda Watson, para ellos necesitaban al Rey Oscuro, la mejor amiga de su madre adoptiva, la ex mate del beta de la manada Blue Moon, lo que las dos lobas idénticas no sabía era que la Diosa Luna, se apiadó de las dos hermanas, y las envió a su mates, que no son otros que los famosos y algo desastres gemelos Betas, hermanos del Beta de la manada Blue Moon, Elijah Martin y cuñados de la omega Ava, Walter y Cotton Martín, dos de los lobos más fuertes de su manada. ¿Podrán encontrase? ¿Ayudaran estos fuertes y peligrosos lobos a sus mates en su venganza?
En el silencio latente de la manada, donde el poder fluye con la misma intensidad que los secretos guardados, se teje una historia de deseos incontrolables y destinos entrelazados. Desde el momento en que sus caminos se cruzaron, su conexión fue innegable, pero las circunstancias los obligaron a ocultarla bajo la sombra de la familia.
Él siempre lo supo. Desde el primer latido, desde el primer roce, ella es su pareja destinada, la única que puede despertar su corazón dormido en su interior. Crecer a su lado, verla florecer bajo su protección, mientras mantenía el secreto que le quemaba en el alma, fue tanto una bendición como una maldición. Pero el tiempo de esperar ha terminado, y las líneas entre lo correcto y lo prohibido se desdibujan.
Ella, ajena a su verdadero destino, ha sido criada bajo la protección del alfa, sin saber que su cercanía ha avivado una pasión que ni el deber ni el peso de la corona podrán contener. Él la ha observado con paciencia, pero el deseo es una bestia salvaje que ha esperado demasiado. En cada roce, en cada mirada, el anhelo se vuelve más palpable, más abrasador.
Ahora, en el límite entre el control y el caos, ambos deben aceptar el lazo inquebrantable que los une, aunque el peligro y la pasión amenacen con consumirlos por completo.