La usurpación del Trono de Hierro desató el caos en los Siete Reinos. Las casas deben elegir entre los verdes o los negros, y Benjicod Blackwood no necesita dudar. Su lealtad está con Rhaenyra Targaryen. Pero su juramento no es solo por honor: es por Lucerys Velaryon, el heredero de Driftmark.
Se vieron una vez en su niñez, y desde entonces, Ben sueña con esos ojos verdes. Sabe que un lord menor como él jamás podría aspirar a un príncipe, pero peleará por la reina con la esperanza de mantenerlo a salvo.
Cuando el rey consorte, Daemon Targaryen, le ofrece una oportunidad: la mano de Lucerys a cambio de cumplir una misión mortal, Ben no duda. Si tiene que luchar, lo hará. Si tiene que matar, lo hará. Porque en su corazón, Lucerys ya le pertenece.
Los dioses se apiadan de su alma y lo hacen Renacer, hasta que Lucerys se da cuenta, que los dioses son crueles.
Lo enviaron donde todo empezó, literalmente Donde todo empezó, naciendo de Visenya Targaryen.
O los dioses sólo son crueles y desean ver cómo un omega como Lucerys se las ingenea entre el conflicto de Aenys Y Maegor.